jueves, 28 de abril de 2011

PRAGMATISMO POR HILARY WHITEHALL

Archivo:Hilary Putnam.jpgEl pragmatismo es una escuela filosófica creada en los Estados Unidos a finales del siglo XIX por Charles Sanders Peirce y William James. Se caracteriza por la insistencia en las consecuencias como manera de caracterizar la verdad o significado de las cosas. El pragmatismo se opone a la visión de que los conceptos humanos y el intelecto representan el significado real de las cosas, y por lo tanto se contrapone a las escuelas filosóficas del formalismo y el racionalismo. También el pragmatismo sostiene que sólo en el debate entre organismos dotados de inteligencia y con el ambiente que los rodea es donde las teorías y datos adquieren su significado. Rechaza la existencia de verdades absolutas, o lo que es lo mismo, significados invariables; las ideas son provisionales y están sujetas al cambio a la luz de la investigación futura.
El pragmatismo, como corriente filosófica, se divide e interpreta de muchas formas, lo que ha dado lugar a ideas opuestas entre sí que dicen pertenecer a la idea original de lo que es el pragmatismo. Un ejemplo de esto es la noción de practicidad: determinados pragmatismos se oponen a la practicidad y otros interpretan que la practicidad deriva del pragmatismo. Esta división surge de las nociones elementales del término pragmatismo y su utilización. Básicamente se puede decir que, ya que el pragmatismo se basa en establecer un significado a las cosas a través de las consecuencias, se basa en juicios a posterioridad y evita todo prejuicio. Lo que se considere práctico o no, depende del considerar la relación entre utilidad y practicidad.
Una mala comprensión del pragmatismo da lugar a generar prejuicios cuando es todo lo contrario. En política se suele hablar de pragmatismo cuando en verdad el pragmatismo político se basa en prejuicios y apenas observa las consecuencias que no encajen con los prejuicios de base, que es muchas veces lo opuesto al sentido original del pragmatismo filosófico.
La palabra pragmatismo (pragmatism) proviene del vocablo griego pragma que significa "situación concreta"[1] . Para los pragmatistas la verdad y la bondad deben ser medidas de acuerdo con el éxito que tengan en la práctica. En otras palabras, el pragmatismo se basa en la utilidad, siendo la utilidad la base de todo significado.


Hilary Whitehall Putnam (nacido el 31 de julio de 1926, en Chicago (Illinois)) es un filósofo estadounidense, uno de los más prolíficos e importantes de la posguerra. Ha hecho aportaciones destacadas a la filosofía de la mente, la filosofía del lenguaje y la filosofía de la ciencia.[1] Es conocido por aplicar el mismo grado de escrutinio a sus propias teorías filosóficas que a las de otros, pues las somete a un riguroso análisis hasta lograr encontrar sus puntos flacos.[2] Como consecuencia de ello ha adquirido la reputación de cambiar con cierta frecuencia la postura que defiende.[3]
En el campo de la filosofía de la mente, Putnam es famoso por su hipótesis de la realizabilidad múltiple y por el concepto de funcionalismo, una influyente teoría relacionada con el problema mente-cuerpo.[1] [4]
En filosofía del lenguaje desarrolló, junto con Saul Kripke y otros, la teoría causal de la referencia y formuló una teoría del significado propia, inventando la noción de externalismo semántico, basada en un famoso experimento mental llamado Tierra Gemela.[5]
En lo referente a la filosofía de las matemáticas, él y su mentor W. Quine elaboraron el "argumento de indispensabilidad", que se aplica a la realidad de las entidades matemáticas.[6] Más tarde Putnam expuso la teoría de que las matemáticas no son puramente lógicas, sino "cuasiempíricas".[7]
En la disciplina de la epistemología es conocido por expandir la teoría de Jonathan Dancy acerca del cerebro en una cubeta, de modo tal que cuestiona el escepticismo epistemológico.[5]
En metafísica apoyó la postura del realismo metafísico, aunque posteriormente se convirtió en uno de sus mayores críticos, primero adoptando el "realismo interno",[8] que más tarde abandonó en favor un realismo directo de corte pragmatista. El realismo directo de Putnam, que tiene como objetivo el estudio metafísico de la forma en que las personas experimentan el mundo, rechaza la idea de las representaciones mentales y otros tipos de intermediarios entre la mente y el mundo.[9]
Más allá de la filosofía, Putnam ha contribuido a las matemáticas y la informática. Desarrolló, junto con Martin Davis, el algoritmo de Davis-Putnam para el problema de satisfacibilidad booleana,[10] y ayudó a demostrar la irresolubilidad del décimo problema de Hilbert.[11] El filósofo ha sido en ciertos períodos una polémica figura política, especialmente por su relación con el Partido Laboral Progresista de Estados Unidos a finales de los años 60 y principios de los 70.[12] [13]

SUBJETIVISMO POR DAVID HUME

Archivo:David Hume.jpgEl subjetivismo es la postura filosófica que toma como factor primario para toda verdad y moralidad a la individualidad psíquica y material del sujeto particular, siempre variable e imposible de trascender hacia una verdad absoluta y universal.
El subjetivismo limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga principalmente según su entendimiento y en consideración a su realidad específica (entorno e interacción social) entendida no como un hecho "externo" sino como parte constitutiva del sujeto.
No debe confundirse el subjetivismo con el relativismo. El relativismo, que se asemeja mucho al escepticismo, tampoco admite ninguna verdad absoluta que tenga validez universal, pero mientras el subjetivismo hace depender el conocimiento humano de factores que residen en el sujeto cognoscente, el relativismo subraya la dependencia casi exclusiva de factores externos. Como tales considera la influencia del medio, del espíritu, del tiempo, de la pertenencia a un determinado círculo cultural o clase social, y los factores determinantes contenidos en ellos.
Una variante del subjetivismo es el subjetivismo ético, el cual afirma que lo bueno o lo malo en la moral depende de las actitudes morales individuales. Por lo tanto cuando alguien siente que "P" es bueno de manera sincera entonces "P" es bueno por lo tanto, de acuerdo con los subjetivistas, no puede estar equivocado moralmente.
David Hume (Edimburgo, 7 de mayo de 1711 – ibídem, 25 de agosto de 1776)[1] fue un filósofo, economista e historiador escocés y constituye una de las figuras más importantes de la filosofía occidental y de la Ilustración escocesa.
Los historiadores consideran que la filosofía de Hume no es válida, como una profundización en el escepticismo, aunque esta visión ha sido discutida, argumentando que el naturalismo tiene un peso comparable en su pensamiento. El estudio de Hume ha oscilado entre los que enfatizan la vertiente escéptica de Hume (como es el caso del positivismo lógico), y los que, en cambio, consideran más importante la vertiente naturalista (como Don Garret, Norman Kemp Smith, Kerry Skinner, Barry Stroud y Galen Strawson).
Hume estuvo fuertemente influido por los empiristas John Locke y George Berkeley, así como por varios escritores franceses como Pierre Bayle, y algunas figuras del panorama intelectual anglófono como Isaac Newton, Samuel Clarke, Francis Hutcheson y Joseph Butler.
Hume afirma que todo conocimiento deriva en última instancia de la experiencia sensible, siendo esta la única fuente de conocimiento y sin ella no se lograría saber alguno.

RELATIVISMO POR PLATON

El relativismo es una posición filosófica que sostiene en ciertos aspectos que no existen hechos o principios universales compartidos por todas las culturas humanas. En general las discusiones sobre el relativismo se centran en aspectos particulares así se habla de: relativismo cultural, relativismo moral, relativismo lingüístico, etc.

Platón (en griego: Πλάτων ) (ca. 428 a. C./427 a. C. – 347 a. C.) fue un filósofo griego, alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles, de familia noble y aristocrática. Platón (junto a Aristóteles) es quién determinó gran parte del corpus de creencias centrales tanto del pensamiento occidental como del hombre corriente (aquello que hoy denominamos "sentido común" del hombre occidental) y pruebas de ello son la noción de "Verdad" y la división entre "doxa" (opinión) y "episteme" (ciencia). Demostró (o creó, según la perspectiva desde la que se analice) y popularizó una serie de ideas comunes para muchas personas, pero enfrentadas a la línea de gran parte de los filósofos presocráticos y al de los sofistas (muy populares en la antigua Grecia) y que debido a los caminos que tomó la historia de la Metafísica, en diversas versiones y reelaboraciones, se han consolidado. Su influencia como autor y sistematizador ha sido incalculable en toda la historia de la filosofía, de la que se ha dicho con frecuencia que alcanzó identidad como disciplina gracias a sus trabajos. Alfred North Whitehead llegó a comentar:
La caracterización general más segura de la tradición filosófica europea es que consiste en una serie de notas al pie a Platón.
Alfred North Whitehead, Process and Reality, 1929
Entre sus obras más importantes se cuentan: la República (en griego Πολιτεια, politeia, "forma de gobernar - ciudad"), en la cual elabora la filosofía política de un estado ideal; el Fedro, en el que desarrolla una compleja e influyente teoría psicológica; el Timeo, un influyente ensayo de cosmogonía, cosmología racional, física y escatología, influido por las matemáticas pitagóricas; y el Teeteto, el primer estudio conocido sobre filosofía de la ciencia.
Fue fundador de la Academia de Atenas, donde estudió Aristóteles. Participó activamente en la enseñanza de la Academia y escribió sobre diversos temas filosóficos, especialmente los que trataban de la política, ética, metafísica, antropología y epistemología. El conjunto de las obras más famosas de Platón se han denominado Diálogos, debido a su estructura dramática de debate entre interlocutores, si bien varios epigramas y cartas suyos también han perdurado.

CRITICISMO POR CHRISTIAN WOLFF

Christian Wolff, también conocido como Christian Freiherr von Wolff (Breslau, Silesia, 24 de enero de 1679 - Halle, 9 de abril de 1754), fue un filósofo alemán que tuvo una destacada influencia en los presupuestos racionalistas de Kant. No obstante, su racionalismo está más cerca de Descartes que de Leibniz.

Hijo de un artesano, estudió Teología y Filosofía en un gimnasio luterano. Desde 1699 cursó estudios de Física y Matemáticas en Jena. En 1702 se trasladó a Leipzig, donde se doctoró en Filosofía (1703) con la tesis Philosophia practica universalis mathematica methodo conscripta. Obtuvo la cátedra de Matemáticas en la Universidad de Halle (1706), por recomendación de Leibniz. Su pensamiento y su lección Oratio de Sinarum philosophica practica (1721), sobre la filosofía de los chinos, motivó que diversos profesores de Teología y pietistas le acusaran, entre otras cosas, de ateo, por lo que fue destituido (1723) por orden de Federico Guillermo I de Prusia, quien temía que las ideas expuestas por Wolff sirvieran de excusa a los soldados para desertar. La acusación de ateísmo era infundada; en su obra posterior Theologia naturalis (2 vol., Leipzig 1736-37), defiende la idea de un ser necesario, creador y providente, y concibe a Dios como un ser perfectísimo y realísimo. Sin embargo, no deja de ser significativo que su pensamiento diera ocasión para aquella acusación y que teólogos protestantes vieran pronto en su racionalismo una tendencia a deformar y mal interpretar la religión y el cristianismo.
Desterrado de Prusia y prohibidas sus obras en 1723, fue acogido por el landgrave de Hesse-Kassel y enseñó hasta 1740 en la Universidad de Marburgo, uno de los principales centros intelectuales del protestantismo. Llamado en 1740 por Federico II de Prusia, volvió a Halle, de cuya Universidad fue nombrado canciller en 1743. Dos años más tarde obtuvo el título de barón. Wolff permaneció en Halle hasta su muerte. Su abundante obra (entre 1703 y 1753 publicó 67 títulos en 23 vol.), en alemán y latín, está siendo nuevamente editada, desde 1962, por H. W. Arndt y J.F. Cole respectivamente, bajo los títulos: Gesammelte deutsche Schriften y Gesammelte lateinische Schriften.
El criticismo (del griego κρινω, kríno, "distinguir", "separar" o "dividir") es la doctrina epistemológica desarrollada por el filósofo Immanuel Kant, que pretende establecer los límites del conocimiento cierto a través de una investigación sistemática de las condiciones de posibilidad del pensamiento.
El criticismo kantiano
Kant desarrolló la filosofía crítica[1] en respuesta a los cuestionamientos que la lectura del filósofo empirista David Hume le había provocado; previamente, en la que los historiadores de la filosofía llaman su etapa precrítica, Kant había enseñado la doctrina racionalista de Christian Wolff, un seguidor de Leibniz.


Criticismo trascendental
El problema que había que resolver era, por lo tanto, la necesidad de conciliar la evidencia de la existencia de leyes universales —expresadas, por ejemplo, en los principios de la matemática, que no parecen ser el resultado de una inducción contingente; es difícil sostener que existe algún caso en que el resultado de una operación como 5 + 7 no vaya a ser 12— con la doctrina de que todo el conocimiento proviene de la experiencia de los sentidos — que, por su propia naturaleza, no pueden conocer principios generales, sino sólo hechos y objetos individuales.

GOGMATISMO POR IMMANUEL KANT

Archivo:Immanuel Kant (painted portrait).jpgImmanuel Kant (ɪˈmaːnu̯eːl ˈkant) (Königsberg, Prusia, 22 de abril de 1724 – ibídem, 12 de febrero de 1804) fue un filósofo alemán de la Ilustración. Es el primero y más importante representante del idealismo alemán y está considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y de la filosofía universal.
Entre sus escritos más destacados se encuentra la Crítica de la razón pura (Kritik der reinen Vernunft), calificada generalmente como un punto de inflexión en la historia de la filosofía y el inicio de la filosofía moderna. En ella se investiga la estructura misma de la razón. Así mismo se propone que la metafísica tradicional puede ser reinterpretada a través de la epistemología, ya que podemos encarar problemas metafísicos al entender la fuente y los límites del conocimiento. Sus otras obras principales son la Crítica de la razón práctica, centrada en la ética; la Crítica del juicio, en la que investiga acerca de la estética y la teleología y La metafísica de las costumbres que indaga en la filosofía del Derecho y del Estado.
Kant adelantó importantes trabajos en los campos de la ciencia, el derecho, la moral, la religión y la historia, inclusive creía haber logrado un compromiso entre el empirismo y el racionalismo. Planteando la primera que todo se adquiere a través de la experiencia mientras que la segunda mantiene que la razón juega un papel importante. Kant argumentaba que la experiencia, los valores y el significado mismo de la vida serán completamente subjetivos sin haber sido primero subsumidos a la razón pura, y que usar la razón sin aplicarla a la experiencia, nos llevará inevitablemente a ilusiones teóricas.
El pensamiento kantiano fue muy influyente en la Alemania de su tiempo, llevando la filosofía más allá del debate entre el empirismo y el racionalismo. Fichte, Schelling, Hegel y Schopenhauer se vieron a sí mismos expandiendo y complementando el sistema kantiano de manera que justificaban el idealismo alemán. Hoy en día, Kant continúa teniendo una gran influencia en la filosofía analítica y continental.

Immanuel Kant fue bautizado como Emanuel pero cambió su nombre a Immanuel tras aprender hebreo.[1] Nació en 1724 en Königsberg (desde 1945, Kaliningrado, Rusia). Era el cuarto de nueve hermanos, de los cuales sólo cinco alcanzaron la adolescencia. Pasó toda su vida dentro o en los alrededores de su ciudad natal, la capital de Prusia Oriental en esa época, sin viajar jamás más allá de 150 km de Königsberg.[2] Su padre Johann Georg Kant (1682–1746) era un artesano alemán de Memel, en aquel tiempo la ciudad más al nordeste de Prusia (ahora Klaipėda, Lituania). Su madre Anna Regina Reuter (1697–1737), nacida en Núremberg, era la hija de un fabricante escocés de sillas de montar. En su juventud, Kant fue un estudiante constante, aunque no espectacular. Creció en un hogar pietista que ponía énfasis en una intensa devoción religiosa, la humildad personal y una interpretación literal de la Biblia. Por consiguiente, Kant recibió una educación severa —estricta, punitiva y disciplinaria— que favorecía la enseñanza del latín y la religión por encima de las matemáticas y las ciencias.[3]

ESCEPTICISMO POR PIRRON

En general el escepticismo es la denominación que recibe la actitud de cuestionar o poner en duda algunas afirmaciones que bajo algunos contextos se dan por sentado. En la filosofía clásica el escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda, representada en la escuela de 'Skeptikoi', de quienes se decía que "no afirmaban nada, solo opinaban".[1] El escepticismo se diferencia del negacionismo por exigir evidencia objetiva a las afirmaciones, y en caso de haber tal evidencia aceptarla, en tanto que el negacionismo cuestiona o rechaza las evidencias.


 Pirrón (en griego Πύρρων ο Ηλείος; Elis, h. 360-h. 270 a. C.) fue un filósofo griego de la Antigüedad clásica, y se le considera el primer filósofo escéptico, y la inspiración de la escuela conocida como pirronismo fundada por Enesidemo en el siglo I a. C.. Era natural de Elis –ciudad provincial al noroeste del Peloponeso, Grecia–. Hizo de la duda el problema central de toda su filosofía.
El único testimonio escrito de la obra pirrónica es una oda laudatoria dedicada a Alejandro Magno. Por este motivo, el legado de su doctrina filosófica nos ha llegado principalmente a través de su discípulo Timón el Silógrafo. Según su testimonio, Pirrón era tan radical en su postura que negaba que se pudiera llegar a los primeros principios de la deducción aristotélica. (Aunque no era tan radical como Antístenes que renunció a toda clase de filosofía).
No se sabe por qué motivos la Edad Media escolástica fue tan hostil hacia la filosofía pirroniana, pero como consecuencia de ello se destruyeron gran parte de los contenidos escépticos. Por conjetura inverosímil se puede deducir que al no estar Pirrón con el principio del silogismo (si A es B y B es C, entonces A es C), los escolásticos medievales no lo aceptarían.[1]
Tuvo gran ayuda de su discípulo Diónidas, que junto con sus compañeros esceptistas Pargus y Lopecio contribuyeron a la difusión de sus enseñanzas.